Árbol del abecedario - La letra N
La forma primitiva de la N siempre estuvo estrechamente asociada al agua.
Cuando los fenicios utilizaban este signo, hace más de tres mil años, lo llamaban "nun" (pronunciado mediodía), que significaba pez.
Antes de los fenicios, el jeroglífico egipcio para el sonido "n" era una línea ondulada que representaba el agua.
Alrededor del siglo X a.C., los griegos empezaron a adoptar partes del alfabeto fenicio como propio. De este modo, no sólo adquirieron la forma de la monja fenicia, sino que también conservaron su nombre... hasta cierto punto.
Aunque el nombre del carácter fenicio carecía de significado para los griegos, su sonido inicial se convirtió en el sonido que representaba el signo. La monja fenicia se convirtió así en el "nu" griego.
El garabato, sin duda, molestó a las organizadas y racionales mentes griegas, lo que les obligó a rediseñar ligeramente el personaje para adaptarlo a sus sensibilidades. En primer lugar, intentaron dar estabilidad a los trazos angulosos haciendo del último un fuerte soporte vertical.
Pero la letra quedaba asimétrica. Obviamente, esto no funcionaría, así que los griegos extendieron el otro trazo vertical e hicieron los dos paralelos.
La N griega pasó a los romanos prácticamente sin cambios en su diseño básico. Con el tiempo, sin embargo, se introdujeron sutiles cambios en todas las letras que los romanos tomaron prestadas de los griegos, y la N no fue una excepción.
Al principio, los romanos, como los griegos, grababan las letras directamente en la piedra o en arcilla blanda. Estas primeras letras no presentaban variaciones en el grosor de los trazos y carecían de la mayoría de los trazos curvos que hemos llegado a asociar con el alfabeto romano.
Sin embargo, en el siglo I d.C., los canteros empezaron a pintar las letras sobre piedra antes de cortarlas con martillo y cincel. Fue este proceso de dibujo previo el que dio a nuestro alfabeto actual sus variaciones en el peso de los trazos, sus ricas curvas fluidas y, finalmente, sus gracias. Durante este cambio evolutivo, los trazos exteriores de la N se hicieron más finos y se añadieron las gracias.
Algunas palabras interesantes también empiezan por la letra N
Si has conocido a alguien que se llama igual que tú, es tu nameling.
Naufragiate significa "causar un naufragio", y naufrague es un náufrago.
Si odia ver cristales rotos, es nelofóbico. Otros miedos N son la nictofobia (miedo a la noche o a la oscuridad), la neofobia (aversión a lo nuevo o desconocido) y la nefofobia (miedo a las nubes).
Neogamist es un recién casado.
El diseñador italiano Aldo Novarese creó originalmente el tipo de letra que lleva su nombre para la fundición suiza Haas. Sin embargo, poco después de este lanzamiento inicial, International Typeface Corporation obtuvo la licencia del diseño y, en 1979, lo publicó como la familia ITC Novarese™.
Novarese es una elegante mezcla de lo antiguo y lo moderno. Lo antiguo se encuentra en sus formas y proporciones clásicas, mientras que lo nuevo se aprecia en su generosa altura x y en la amplia gama de pesos. La cursiva de Novarese es inusual porque combina minúsculas cursivas con mayúsculas verticales, un estilo que recuerda a los primeros diseños cursivos. ITC Novarese debe su elegancia a la riqueza de sus letras, a sus formas gráciles y a sus gracias finas, casi cinceladas. El contraste entre trazos gruesos y finos es notable pero no extremo, lo que da al texto escrito en ITC Novarese brillo y color sin sacrificar la legibilidad. Se trata de un tipo de letra excepcional que funciona igual de bien en tamaños de pantalla y de texto.
Las primeras cursivas se diseñaron como familias de un solo peso y sólo contenían caracteres en minúscula. La idea era utilizar mayúsculas y otros caracteres a medida que fueran necesarios, a partir de cualquier fuente de que dispusiera el impresor. La ITC Novarese, debido a su falta de mayúsculas cursivas, ha causado confusión entre los diseñadores desde su lanzamiento. Sin embargo, se trata de una interpretación tradicional del género cursiva.