Mi madre era calígrafa y manejaba un pincel para crear maravillosos carteles creativos. Mi padre era cajista y dirigía una imprenta de gran éxito. Crecí con la tipografía, el ruido metálico de los tipos y el olor a tinta y papel. Me encanta la tipografía. No tenía muchas opciones.

Después de estudiar diseño gráfico en la universidad y terminar la escuela de publicidad, me dediqué a la ilustración por cuenta propia. He realizado proyectos para Cadbury, Harrods, General Motors, Wall Street Journal, The Washington Post y The Guardian. He escrito, diseñado, ilustrado y creado tipografía personalizada para muchos libros infantiles. Entre las editoriales figuran Thames & Hudson, Hachette y Little Tiger. Para mi sorpresa, algunos de estos proyectos han ganado premios.

La tipografía personalizada es un elemento clave de muchos de mis proyectos de ilustración y diseño, así que era inevitable que algunas de las letras acabaran convirtiéndose en tipos de letra. No es que no haya un montón de estupendas fuentes entre las que elegir, es que a veces hay una forma y una sensación específicas que sólo se pueden captar diseñando un conjunto de letras específicamente para ese proyecto. Es bonito cuando todo funciona a la perfección.

Mi tipografía es en parte de mediados de siglo y en parte contemporánea, y encaja tanto en la portada de un libro infantil como en la carátula de un álbum de jazz o en el envoltorio de un bombón.