David empezó su carrera como diseñador gráfico centrándose principalmente en el diseño de logotipos. La idea de utilizar tipos existentes en sus diseños le molestaba, así que dedicó tiempo a crear los suyos propios. Su obsesión por la simetría y la alineación perfecta le ralentizaba y le causaba mucha frustración, pero también le permitía producir tipos de gran calidad.
Cuando David se dio cuenta de que comercializar él mismo y buscar clientes como diseñador autónomo no le atraía, empezó a dar clases de diseño gráfico y web en una universidad, al tiempo que diseñaba para un equipo de marketing. Como profesor, pudo perfeccionar sus habilidades y adquirir más conocimientos sobre diseño, animación y desarrollo web, tres materias que incluía en su plan de estudios. Trabajar con un equipo de marketing mantuvo sus conocimientos actualizados.