Tras estudiar en la Escuela de Artes Decorativas de Ginebra, Frédéric Fivaz trabajó durante un tiempo en la industria gráfica suiza y luego se lanzó a la carretera. Sus viajes le llevaron a Canadá, donde conoció a su futura esposa. Decidió instalarse en Montreal durante dos años, y mientras trabajaba como miembro del equipo de Sub Communications, descubrió su amor por el diseño tipográfico.
En 2004 regresó a Ginebra, donde sigue trabajando como diseñador gráfico, ahora centrado en la ilustración.