Diseñador alemán residente en Múnich, cuyo estudio se llama Wiescher Design. Esto es lo que nos contó:
Me fui a París cuando era muy joven, sólo por amor al arte. Eso causó muchas noches de insomnio a mi querida madre, pero aceptó mi decisión. Una vez conocí a Salvador Dalí, pero no me tomó muy en serio. A día de hoy no sé por qué. Al cabo de unos años decidí empezar una vida seria. Me casé y estudié diseño gráfico en la Hochschule der Künste de Berlín. Dando rodeos, una vez más a París, luego a Barcelona, donde diseñé el pabellón de la OCDE para la Exposición Universal de Osaka en la oficina de Harnden & Bombelli, llegué a Sudáfrica. Grey y Young Advertising me conocieron. Tuve que trastear con cámaras y películas Agfa, comida para perros Epol, varios tipos de papel higiénico, compañías de seguros increíbles y no sé qué cosas.
En unas vacaciones en Munich me quedé allí. Alguien me hizo una oferta que no quise rechazar. DFS&R-Dorland me sacó de la esclavitud sudafricana. Me convertí en director artístico de Paulaner, CMA, Phillip Morris y Peugeot. Como era un joven aventurero, me cambié a la agencia Herrwerth & Partner, que en aquella época se suponía que era la más creativa de la ciudad. El señor Herrwerth me enseñó a "pensar con sencillez". Me permitió introducir IKEA en el mercado alemán. Después me convertí en socio creativo de Lauenstein & Partner. Eso estaba bien, ¡hasta que alguien descubrió su amor por los caballos! ¡Fue entonces cuando alquilé mi propia oficina en 1982!
Desde entonces diseño algunos tipos de letra al año, guío a un par de jóvenes simpáticos (aprendices) hacia el estrellato del diseño. Escribo un par de libros y artículos sobre diseño, informática, comida, bebida y delincuencia. Como diseñador gráfico, sólo tengo clientes satisfechos. Estoy abierto a cualquier reto.
