Después de trabajar como vigilante de un albergue juvenil, portero de hospital y profesor de ciencias, Mark trabajó a mediados de los 80 en un procesador de textos y potenciador de la impresión en gujarati para los ordenadores Amstrad CPC, utilizando el mapa de bits fuentes y un algoritmo de sustitución de glifos para producir las formas silábicas requeridas por las escrituras del norte de la India.
En los últimos veinte años ha estado restaurando y ayudando a gestionar un caserío en el País Vasco, al tiempo que mantenía la conexión tipográfica creando diseños vectorizados de camisetas para una serigrafía local.