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En primer lugar, permítanme decir que soy consciente de que el diseño editorial es un gran tema que abarca múltiples disciplinas de diseño que se solapan (y excluyen), pero para que quede claro, estamos hablando de diarios, periódicos y revistas que se publican periódicamente.
En plazo
El tiempo es la primera y mayor limitación en el mundo editorial. Eso significa que hay que trabajar con una plantilla repleta de historias y otros contenidos de tamaño variable, determinando constantemente qué merece el lugar más destacado y cuánto le corresponde a cada parte. Los tipos de letra tienen que ser flexibles en estos entornos para adaptarse a los distintos espacios y seguir cumpliendo su función. Esto se aplica tanto a los tipos de titulares como a los que se utilizan en tamaños de texto para fijar el cuerpo y otros elementos pequeños, como los pies de foto.
La otra cara del diseño editorial consiste en diseñar el sistema que he descrito antes. El principal objetivo es equilibrar su flexibilidad con la suficiente rigidez estructural para dar a la publicación en su conjunto una voz coherente y reconocible.
Gama tipográfica
La flexibilidad consiste en maximizar las posibilidades minimizando el número de piezas móviles. Un buen punto de partida es utilizar un tipo de texto completo que permita una amplia gama de expresiones con sólo unos pocos estilos. Por ejemplo, con versalitas y una cursiva adecuada se pueden crear varios niveles de jerarquía sin ni siquiera variar el tamaño o el peso del tipo. Esto le permite reservar los cambios de peso (como la negrita) para marcadores o niveles de jerarquía adicionales. Los dos ejemplos que aparecen a continuación están basados en la Neue Swift de Gerard Unger.
Colocar columnas estrechas y justificadas
En la prensa se prefieren las columnas estrechas, que hasta los años 70 siempre estaban justificadas (a ras de los márgenes izquierdo y derecho). Así pues, es lógico que se desarrollaran fuentes de texto estrechas para empaquetar el texto de forma más económica, pero también para dar a los tipógrafos más opciones a la hora de determinar dónde debe romperse una línea y qué palabras deben llevar guión. Si echa un vistazo a esta lista de alternativas modernas a las fuentes estándar de los periódicos, observará que, en general, todas son robustas, pero también un poco estrechas.
Trabajar con distintos tamaños
Tipos como Miller , de Matthew Carter, se diseñaron a medida que crecían los encargos de nuevas familias tipográficas que funcionasen en texto, pero también en una gama de pesos y anchuras para configurar titulares, subtítulos y grandes despliegues.
Los diseños se relacionan a través de sus diversos tamaños ópticos, lo que permite un fácil reconocimiento, pero también refuerza la identidad de la publicación. Cuando una familia abarca varios tamaños ópticos, los estilos creados para tamaños más grandes suelen tener mayor contraste, detalles más finos y un ajuste y espaciado más ajustados. Los que se hacen para tamaños de texto son más robustos y tienen un ajuste más holgado. Como ya he comentado aquí, Pratt Nova, de Nick Shinn, es un diseño que cubre una amplia gama de tamaños ópticos y usos editoriales.
También sería negligente por mi parte no mencionar el trabajo de Dino dos Santos, cuya DSType Foundry cuenta con muchos ejemplos excelentes de sistemas tipográficos para editoriales, que abarcan varios tamaños ópticos, como Acta Display, Headline y Acta (Text). Véase también su compañera sans, Acto.
Serif y sans
Una de las formas más sencillas de guiar al lector a través de una edición de una revista o periódico es establecer papeles separados, cada uno con una voz tipográfica distinta. La mayoría de las veces, la serifa marca el contenido, mientras que la sans se encarga de marcar cada pieza y dirigir al lector en consecuencia. En mi serie de artículos examino las tipografías que funcionan bien entre sí y sugiero usos en los que serían especialmente adecuadas. Por si no lo sabe, la sans que encabeza este artículo es Monopol , de Tomáš Brousil.
Diferentes tipos de letra editorial
Por supuesto, en la redacción no sólo se utilizan tipos sin gracias y con gracias. A menudo, los grandes reportajes y algunas secciones recurrentes de un periódico o revista (lo que se conoce como departamentos) utilizan tipos o letras de formas llamativas e ilustrativas. Últimamente hay mucha escritura informal en este espacio, pero también escrituras formales muy estilizadas, letras negras y tipos más conceptuales. Recomiendo echar un vistazo a la obra de Gareth Hague para ver más diseños fantásticos, como su Sabre, que aparece arriba. En el otro extremo del espectro están las fuentes creadas para hacer cosas increíbles, como representar con claridad el diminuto texto financiero de las páginas de bolsa. En los años 90, Tobias Frere-Jones creó Retina para el Wall Street Journal. Lipa Agate, de Ermin Međedović, también es adecuada para tamaños pequeños y entornos de impresión complicados, y sus caracteres mantienen la misma anchura tanto con el peso más ligero como con el más pesado.
Hazlo interesante
Si trabajas a diario en la redacción o te toca diseñar un sistema editorial para un equipo de noticias o una plantilla de una revista, concluyo con este consejo: Léelo todo, y deja siempre espacio para la diversión en el flujo de trabajo final. La lectura ofrece pistas para la selección de tipos, dónde poner el énfasis y dónde romper la historia (tanto su colocación como dónde van los saltos de columna). Y la diversión -junto con una buena redacción y composición, y no sólo en la portada- hace que merezca la pena producir, mirar, comprar y leer un diseño. Experimente con formas de adaptar el diseño, incorporando nuevos tipos de letra, nuevos ilustradores y fotógrafos, o simplemente nuevas formas de utilizar el espacio negativo. Tomarse en serio el propio trabajo en este sentido puede dar miedo, pero es una forma probada de salir del tan común malestar de los diseñadores.